Un Shinkansen unos sandwiches y camino a kyoto. En kyoto encontramos el hotel fácilmente, dejamos nuestras maletas y nos fuimos a ve si podíamos ver in templo q estaba apunto de cerrar. No tuvimos suerte así que salimos a cenar y encontramos un restaurante con una escalera hacia un sotano con mesas en cubiculos separados y con una puerta al cubiculo pequeña. Mas tarde pasamos en frente de un Karaoke y como habíamos bromeado sobre cantar entramos a ver que tal estaba. Para empezar la chica de la entrada no nos entendía pero se explico como pudo y conseguimos entender los precios pero quedaba saber que podíamos pedir beber. Sacamos la libreta y nos escribió los licores y demás combinados y hechas las decisiones subimos a la sala de karaoke. Vaya la que liamos allí empezamos suave con alguna lenta de Michael Jackson y seguimos con americanas por que era lo único disponible q podíamos cantar. Desgañitados ya 1 hora después habíamos cantado por metálica, Acdc, Keane, Dire straights y un sin fin mas, hasta que nos llamaron para terminar. Como no queríamos irnos, Sara pagó otra media hora mas mientras llamábamos para que nos trajeran mas whisky. La noche fue magnifica y no paramos de reír hasta acostarnos.
Al día siguiente, martes, Javi y yo quisimos ir a Nagoya a ver combates de Sumo por que a demás había ceremonias de retirada. Salimos con Sara que también quería verlo pero ella regreso antes ya que también quería quedar con Belen para ver el museo del manga. Los combates no duraban demasiado pero se iban animando y fue entrando mas gente. al cabo de un rato se fue Sara y 20 min después nosotros fuimos a buscar un castillo par visitarlo mientras la categoría baja luchaba. Nos entró hambre así que paramos en un Mac Donals donde decidimos que debíamos avisar de que ya ibamos de camino y que quedaríamos en alguna estación adecuada para ir a ver el parque de bambú. Sin embargo no encontramos wifi ni tampoco teléfonos para llamadas internacionales q funcionasen.
No nos trataron muy bien y el tiempo se nos estaba yendo así que finalmente volvimos al hotel. Desde allí llame a Sara pero perdía cobertura, aun así conseguí entender que estaría en la torre kyoto solo que no estaba seguro de haberlo oido bien. Me pase por allí pero ni rastro. Casi al caer el sol Sara se vino al hotel a terminar un trabajo y al anochecer llego belen, la tarde estaba perdida pero es que nos podíamos comunicar así que cada uno la aprovechó como pudo. La ultima moche en Kyoto fuimos por el barrio de las geishas el famoso Gion ademas estábamos en el festival de verano del gion matsuri y se podían ver quimonos por todas partes, cenamos ramen y nos fuimos a lavar la ropa.
El ultimo día Belen tuvo una estupenda idea que fue comprar el pase de un día del autobús para ir a ve templos como locos y así vimos el templo dorado, el Ken ninji, y Shimogamo y Arashiyama con el bosque de bambú.
Finalmente, dejamos Kyoto y cogimos un tren hacia Nara donde veríamos los ciervos en el parque con los templos.